martes, 9 de junio de 2009

TEMA III

1) Confecciona tu propia definición de persona adulta incluyendo todos los aspectos (económicos, legales, antropológicos, pedagógicos, psicológicos, biológicos…) que estimes oportunos.

En la mayoría de las culturas se considera como adulto a toda aquella persona que tiene más de 18 años. Aunque después de los 60 años de edad se les llame Adultos Mayores, Senectos, Ancianos o Miembros de la Tercera Edad, y siguen siendo adultos, existen diferencias entre quienes son mayores de 18 y menores de 60. Como vemos, la adultez no inicia ni termina exactamente en éstos límites cronológicos. Aportaciones de algunos autores en el campo del Desarrollo Humano coinciden en afirmar que la edad adulta tiene sub-etapas, como:

  • Edad Adulta Temprana (entre los 20 y 40 años).
  • Edad Adulta Intermedia (de los 40 a los 65 años).
  • Edad Adulta Tardía (después de los 65 años de edad).

Es, precisamente, que la edad adulta incluye otras características que le diferencian de las etapas anteriores y posteriores.

Dentro de la Educación para las Personas Adultas, vemos que las características especiales del aprendizaje en el adulto dependen en gran medida de la psicología propia de esta edad evolutiva.

Algunos de los rasgos que encontramos en las personas adultas son los siguientes:

  • Sentirse bien con el propio cuerpo: equilibrio.
  • Comprensión más profunda frente a la asimilación.
  • Responsabilizarse de la propia conducta: control de impulsos y realismo.
  • Autonomía.
  • Empatía de sentimientos afectivos y relaciones amorosas.
  • Existencia de un proyecto vital.

2) En lo que se refiere a las tres etapas en que podemos dividir la adultez (temprana, media y tardía), ¿qué recomendaciones educativas harías para cada una de ellas?

  • Edad Adulta Temprana (entre los 20 y 40 años).

Es la edad de la formación más allá de la enseñanza obligatoria. Es entre los 20 y los 40 años cuando normalmente se desarrolla el individuo, en el ámbito de la educación formal.

Esta educación de tipo formal puede darse de múltiples formas, desde educación universitaria hasta educación en forma de Formación Profesional, Masters, etc. En la educación no formal podemos encontrarnos con una multitud de cursos de diferente índole que podemos desarrollar.

Esta franja de edad se define por situarse dentro de la etapa de la juventud, siendo esta la del paso entre la adolescencia y la adultez. Aquí el individuo se encuentra buscando y definiendo lo que será su vida, según los autores, en el sentido familiar, laboral y cívico. Personalmente no estoy muy de acuerdo con esta clasificación, ya que no todas las personas no buscan por ejemplo el formar una familia de tipo tradicional.

Las diferentes orientaciones educativas se centrarán en el aspecto laboral como eje de las preocupaciones del adulto temprano.

  • Edad Adulta Intermedia (de los 40 a los 65 años).


Ahora es la consolidación y promoción profesional lo que interesa al individuo, así como una posible reafirmación de una posición económica, unida al deseo de disfrutar de los bienes que la vida producen un reforzamiento de las relaciones y del deseo de ocupar satisfactoriamente el tiempo libre con el disfrute de bienes culturales. La acción educativa se puede orientar entonces hacia la dinamización de proyectos de acción comunitaria.


  • Edad Adulta Tardía (después de los 65 años de edad).

En esta etapa vemos como el hecho de la jubilación esta presente en los pensamientos y expectativas del adulto. Esta jubilación implicará una serie de cambios drásticos en su vida y repercutirá así en la de su entorno.

Habrá que preparar al adulto en este campo ya que este se lo podrá tomar de diferentes formas. El hecho de una gran cantidad de tiempo libre de forma tan precipitada podrá hacerle sentir “inútil” para la sociedad, ya que deja de formar parte de la población activa de la sociedad. Habrá que trabajar desde este ámbito para prevenir al adulto de este estado o paliar las consecuencias del mismo, que no serán otras que el decaimiento y el desánimo.

Pero también podemos encontrar que el adulto esté a gusto en esta nueva posición. Es entonces cuando debemos mostrarle que quedan aun muchas cosas por ver y por hacer, por lo que fomentaremos el disfrute de la cultura en esta situación sin horarios laborales fijos.

Estos cambios psicológicos van unidos a cambios físicos típicos de esta etapa. Habrá que trabajar también de forma que se encuentren informados de los cambios que se van a producir, así como de las consecuencias de ellos y de cómo paliar sus efectos en su salud.


3) Con relación a la motivación, reflexiona personalmente y en grupo sobre los motivos intrínsecos y extrínsecos que te/os llevaron a cursar esta Diplomatura.

A decir verdad, el campo de lo social (tanto Trabajo como Educación) era algo desconocido para mí antes de escoger la diplomatura conjunta.

Una vez terminados los estudios de Bachillerato me aventuré a investigar todo lo que se me ofrecía y si estaba ligado o no a mi perfil como futuro profesional. Exploré y me informé de en muchísimas materias, pero ninguna terminaba de convencerme del todo, hasta que vi la diplomatura conjunta, fue entonces cuando, tras informarme de los ámbitos que tocaba y las asignaturas que se cursaban, dije: ¿porqué no?

El trabajar en el ámbito de lo social, cosa creía que nunca había experimentado, supone para mí una gran satisfacción personal, que se consigue tras conseguir una serie de objetivos propuestos, por pequeños o insignificantes que éstos puedan ser.

Llevaba ya dos años de experiencia como monitor deportivo, o eso creía yo. Cuando comencé a cursar dicha diplomatura me di cuenta de que, más que de simple monitor deportivo, en la mayoría de los casos, estaba ejerciendo de educador.

Yo trabajo de monitor de patinaje artístico sobre ruedas en un colegio del barrio de Torreblanca. El contexto con el que nos encontramos es el de una población obrera, que intenta que sus hijos progresen en todos los sentidos. Los responsables de los niños (trabajo con niños) suelen preocuparse por su promoción educativa y deportiva, así como de su disfrute en las actividades que realizan. Aún así, por lo que he observado durante mi experiencia en ese terreno, la mayoría de las relaciones padres-madres-hijos se encuentran basadas en ideas poco progresistas, rozando el machismo, asumido por las mujeres y que se sigue transmitiendo a sus hijas. Es ahí donde he tenido y tengo que trabajar, rompiendo los estereotipos de género mediante una educación indirecta en el ámbito deportivo.

Después de interesarme por estos fenómenos decidí formarme, para poder progresar a nivel profesional y social, y seguir poder enfrentándome a los problemas de distinta índole que se me presenten en mi desempeño laboral actual y que se presentarán, de igual forma, en mi futuro como Trabajador y Educador Social.

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